Por César López Linares y Katherine Pennacchio
Los periodistas Geo González, de México; Carolina Vila-Nova, de Brasil; y Daniel Villatoro, de Guatemala, tienen en común que se han atrevido a provocar “conversaciones incómodas” con sus editores, colegas y directivos de medios para intentar que mujeres y personas LGBTI+ tengan más presencia tanto en las agendas editoriales como en los puestos de poder dentro de los medios.
Los tres comunicadores compartieron sus experiencias y puntos de vista al respecto como parte del panel “Diversidad Sexual” de la 2ª Conferencia Latinoamericana sobre Diversidad en el Periodismo del Centro Knight para el Periodismo en las Américas, celebrada en línea el 9 y 10 de septiembre de 2022.
La charla fue moderada por Esteban Hernández, periodista y presentador de Blu Radio y Caracol TV, de Colombia.
“Se nos olvida a veces que el primer contacto de muchas personas con estas realidades diversas [...] es a través de los medios”, dijo Villatoro. “Entonces los medios sí tienen un rol histórico determinante”.
Para crear un cambio en la narrativa sobre los temas de la diversidad en los medios de comunicación, es necesario que tanto medios y periodistas asuman que existe una deuda histórica con las poblaciones LGBTI+ y hagan conciencia con el fin de modificar las prácticas que han perpetuado los mensajes erróneos alrededor de esos colectivos.
“En el racismo hemos visto cómo la noción de la deuda ha hecho que los medios habiliten espacios y quiten prácticas racistas históricamente del ejercicio del periodismo”, dijo. “A veces, el no tener la conciencia de que hay una deuda con la diversidad hace que los medios crean que pueden seguir así. Yo creo que también ahí hay algo de concientización por hacer”.
No en todos los países de la región existen instituciones en el Estado que velen por el bienestar de las poblaciones LGBTI+, como lo hay para otros colectivos vulnerables, como los indígenas, las mujeres o los migrantes.
Eso se traduce en una falta de marcos legales y políticas públicas sobre los temas de la diversidad, pero sobre todo en falta de información y fuentes oficiales a las que los periodistas puedan recurrir para sus historias. Ante esa realidad, los periodistas deben usar sus coberturas para elevar las denuncias sobre esos vacíos en las instituciones públicas, recomendó Villatoro.
“Mucha de nuestra labor es a veces señalar esos vacíos. Y yo creo que, sobre todo en diversidad, a veces hace falta [...] que haya esa denuncia activa y no solo una reportería de lo que pasa”, dijo. “Muchas veces, cuando estamos hablando de exclusión histórica de poblaciones en condiciones de vulnerabilidad, lo que nos vamos a encontrar es puramente deudas, vacíos. Y a veces los vacíos no sabemos hacerlos tan buenas historias como cuando sí pasa algo”.
Geo González, periodista y persona trans, lamentó que muchos periodistas en la región no reciben suficiente formación sobre cómo cubrir los temas LGBTI+. Por ello, coincidió en que son los propios periodistas quienes deben recurrir a la autorreflexión y a hacerse preguntas incómodas para tener mejores prácticas y acercamientos a las historias sobre personas de la diversidad sexual.
“Creo que es vital, como un primer paso, escuchar. Y fuera de eso, también permitirnos entrar a un lugar incómodo entre nosotres mismes para deconstruirnos, para también entender desde dónde estamos parades, desde dónde vemos el mundo, qué privilegios nos están atravesando y también qué identidades al mismo tiempo nos atraviesan como personas”, dijo González, quien colabora desde México para la Agencia Presentes, organización de noticias con sede en Buenos Aires que cubre temas relacionados con derechos LGBTI+ y derechos humanos con enfoque de género.
González recomendó quitarse el “velo de estereotipos y estigmas” al momento de acercarse a los temas de la diversidad sexual y optar por un enfoque de derechos humanos. También dijo que se debería privilegiar historias con una visión de esperanza y no limitarse a coberturas trágicas y de dolor que equiparan las noticias sobre personas LGBTI+ con crímenes de odio o prejuicios.
“Contar [historias LGBTI+] con buenas prácticas es tener una visión de derechos humanos sobre las vidas, las historias y lo que se vuelve noticia cuando atraviesa a las personas LGBTI+”, dijo. “Las malas prácticas serían todo lo que genera, desde el lenguaje, los discursos que se utilizan en el periodismo, la imagen, el video, los audios, la palabra escrita, para replicar estereotipos, para criminalizar identidades, personas y poblaciones”.
Hablar desde la esperanza, explicó González, tiene que ver con pensar en las personas LGBTI+ como individuos que aportan a la sociedad, que pueden tener experticia en distintos temas y sumar con ello a las historias periodísticas. Con ello se puede contribuir a normalizar su existencia en ámbitos de la sociedad fuera de los relacionados con la diversidad sexual.
González invitó a sus colegas periodistas a perder el miedo a sumarse a cubrir los temas LGBTI+ para contrarrestar las narrativas de odio que prevalecen en América Latina.
“Eso es una invitación a llegar a ponernos en un lugar incómodo, si es que así tiene que ser”, dijo. “Estamos en un momento, particularmente en la región, con una ola de discursos de odio y creo que hay posibilidades muy grandes de que en el periodismo podamos cambiar totalmente las narrativas, y una de esas es no seguir apostando al dolor desde el morbo”.
Carolina Vila-Nova, periodista de Folha de S.Paulo, dijo que esas conversaciones incómodas también deben servir para cuestionar quiénes ocupan los cargos de poder en las salas de redacción, ya que eso se ve directamente reflejado en sus agendas editoriales.
Por ello, la periodista brasileña considera que uno de los retos principales de los medios es el cambio en sus estructuras directivas y en su cultura organizacional. Vila-Nova tomó el ejemplo de Folha de S.Paulo, en cuya estructura, si bien existe cierta paridad de género que se ha ido consolidando en los últimos años, los cargos más altos siguen siendo ocupados por hombres cisgénero.
Esos cambios en las estructuras de los medios, dijo Vila-Nova, impactarán inevitablemente en la forma en la que se mira a las mujeres en las coberturas periodísticas.
“Hace falta un cambio colectivo en la mirada hacia las mujeres, desde la elección de temas hasta las fuentes que vamos a oír, hasta las fotografías que vamos a utilizar para representar a esas mujeres de las que estamos hablando”, dijo.
Vila-Nova es coordinadora del “Projeto Leitoras”, una iniciativa de Folha de S. Paulo lanzada en febrero de este año para mejorar la interacción del diario con su audiencia femenina y dar visibilidad a sus demandas en las coberturas diarias.
Las dinámicas del grupo incluyen grupos de discusión a través de WhatsApp en los que se abordan diversos temas del interés de las lectoras con el apoyo de especialistas. Hasta la fecha, los grupos han reunido a más de 130 mujeres.
La iniciativa, contó Vila-Nova, surgió a raíz de que diversas encuestas a lectoras arrojaron que éstas veían a Folha como un periódico de hombres para hombres, a veces incluso machista y misógino, en el que no se veían representadas.
Pese a la buena recepción que ha tenido la iniciativa, a Vila-Nova le gustaría mejorar su representatividad y ampliar su alcance a mujeres de otros sectores de la sociedad brasileña. Sin embargo, dijo que el principal aprendizaje que ha dejado “Projeto Leitoras” es la importancia de escuchar directamente a las poblaciones que se busca representar y aplicar sus demandas en las agendas del medio.
“Cuando uno parte de la idea de escuchar a la gente, tiene que pensar que hay mucha responsabilidad con lo que hacemos de lo que oímos”, dijo. “No podemos tomar este material tan rico y tirarlo a la basura o tratarlo de una manera que no sea respetable con la audiencia”.
El moderador, Esteban Hernández, dijo que la situación de la presencia femenina en cargos de poder en los medios de comunicación es similar en Colombia, donde además se suma un fuerte contexto de machismo y religiosidad.
“Puedes mirar una estadística y decir que tienes una cantidad de mujeres trabajando en un medio de comunicación, pero ¿cuántas están dirigiendo un programa? ¿Cuántas están en un cargo directivo editorial? ¿Cuántas están realmente tomando las decisiones?”, dijo. “Sigue habiendo, como pasa aquí en Colombia también, un machismo fuerte que hay que derrotar y tener las conversaciones incómodas”.
Los integrantes del panel de Diversidad Sexual de la 2ª Conferencia Latinoamericana sobre Diversidad en el Periodismo compartieron algunas buenas prácticas para mejorar las coberturas de los temas de mujeres y de la diversidad sexual.
1. Hacer un directorio de fuentes basado en sus identidades
Daniel Villatoro sugirió construir un directorio alternativo de fuentes para temas de diversidad sexual, en el que en vez de tomar en cuenta su profesión o la institución a la que pertenecen, se considere su identidad como criterio principal.
“En temas de migración y en temas de diversidad importa mucho cuál es la identidad de estas personas”, dijo. “Ahí te da el marco contextual necesario para interpretar la información que te va a dar [esa fuente]”.
2. Fortalecer el enfoque de derechos humanos en coberturas de personas trans
Geo González llamó a evitar perpetuar desde el periodismo la criminalización y los estereotipos alrededor de la población trans. Para ello, recomendó adoptar la perspectiva de derechos humanos.
“Creo que sí importa contar las violencias pero creo que siempre desde una visión de derechos humanos, y eso tiene que ver con [contar] qué derechos se le están violando a esa persona y a esa población con ese caso de violencia, que no es un hecho aislado”, dijo.
3. Considerar la naturaleza de cada medio para hacer notas sobre la diversidad
Aunque es importante siempre tomar en cuenta el enfoque en derechos humanos, Villatoro dijo que es necesario considerar las fortalezas de cada medio para hacer una mejor cobertura de los temas de la diversidad sexual.
“Cada medio tiene su manera de hacerlo y yo tengo muy buenos ejemplos de cómo medios gratuitos impresos que te regalan en la calle hacen una cobertura sensible de temas LGBTI+ [...]. Pero también la radio tiene otra capacidad conversacional y testimonial diferente”, dijo Villatoro. “Hay que entrar también en la fórmula misma de tu medio y de cuál es el potencial del medio en el que estás para entrar en esta conversación”.
4. Escuchar a la audiencia con el corazón
Carolina Vila-Nova dijo que atender a las demandas de representatividad de la audiencia en un medio debe ser un ejercicio de escuchar atentamente a esa audiencia. Solo así se logrará modificar los enfoques editoriales necesarios.
“Escuchen lo que la gente tiene que decir. Escuchen con los oídos y los corazones, porque el cambio es necesario y es posible”, recomendó Vila-Nova.